El embarazo es una etapa de transformaciones profundas en el cuerpo de la mujer, y la fisioterapia de suelo pélvico juega un papel crucial como aliada para vivir este proceso con mayor bienestar y prepararse para el parto y el posparto. Aunque cualquier momento es bueno para empezar a cuidarse, se suele recomendar una primera consulta de valoración alrededor de la semana 20 de gestación. En este punto del segundo trimestre, el embarazo ya está bien establecido, pero aún hay tiempo suficiente para trabajar de manera efectiva en la prevención de disfunciones comunes y para preparar las estructuras pélvicas de cara al parto, sin las posibles incomodidades del último trimestre.
Durante esta primera visita, no solo se realiza una valoración inicial del estado del suelo pélvico y la faja abdominal, sino que se ofrece una gran cantidad de información y pautas personalizadas. El objetivo es prevenir la aparición de problemas frecuentes como la incontinencia urinaria de esfuerzo, el dolor lumbar o pélvico (ciática o dolor en el pubis) y la congestión vulvar. Aprendemos a gestionar correctamente los aumentos de presión sobre el abdomen, se dan pautas de ergonomía postural para las actividades diarias y se diseña un plan de ejercicios terapéuticos seguros y adaptados a cada mujer, promoviendo un embarazo mucho más activo y cómodo.
A medida que el embarazo avanza y nos acercamos al tercer trimestre, la fisioterapia se enfoca más directamente en la preparación al parto. A partir de la semana 32-34, se trabaja de forma específica la elasticidad del periné, a menudo mediante el masaje perineal, y se enseñan pujos fisiológicos y posturas que facilitan la dilatación y el expulsivo. El objetivo es dotar a la mujer de herramientas y conciencia corporal para que pueda participar activamente en su parto, favoreciendo un proceso más natural y reduciendo el riesgo de episiotomías o desgarros. Se trata de llegar al momento del parto sintiéndote segura, informada y conectada con tu cuerpo.
Es importante destacar que la fisioterapia durante el embarazo no es solo para quienes planean un parto vaginal. Las mujeres que tendrán una cesárea programada también se benefician enormemente. El trabajo de conciencia corporal, la gestión de presiones y el mantenimiento de una buena salud en la faja abdominal y el suelo pélvico durante los nueve meses son clave para una recuperación posquirúrgica mucho más rápida y con menos complicaciones. El peso del bebé y los cambios hormonales afectan a todas las embarazadas por igual, por lo que el cuidado preventivo es siempre una ventaja.
En conclusión, acudir a una consulta de fisioterapia de suelo pélvico durante el embarazo es una de las decisiones más proactivas que puedes tomar por tu salud y la de tu bebé. No se trata de esperar a que aparezca un problema, sino de anticiparse a él. Desde una valoración inicial en el segundo trimestre hasta la preparación específica en las últimas semanas, te acompañamos para que vivas una gestación más plena y llegues al parto con la máxima preparación y confianza en tu cuerpo.